Para la cafeína y sus cómplices
Es sábado y es temprano.
El frío se denuncia
en un hilo de vaho;
en una esquina descubro un solar
donde el aroma de un café recién hecho
me acaricia.
Hay poca gente en el cafecito
(una tímida barra de café
y flores azules en un espontáneo florero).
y flores azules en un espontáneo florero).
El café está delicioso.
Me embarro los bigotes con su espuma
y una olvidada sensación me sorprende.
Los clientes van llegando.
No los veo,
sólo los oigo pedir su orden
en lenguas y acentos extraños a mí.
El sol escala por las paredes
dando grandes bostezos,
estirándose por azoteas y balcones.
Me embarro los bigotes con su espuma
y una olvidada sensación me sorprende.
Los clientes van llegando.
No los veo,
sólo los oigo pedir su orden
en lenguas y acentos extraños a mí.
El sol escala por las paredes
dando grandes bostezos,
estirándose por azoteas y balcones.
Mi mirada se enciende.
Volteo al sentir alguien llegar.
No.
No quiero engañarme.
Sé que tú no entraras.
Es muy temprano.
Es demasiado lejos
para nosotros,
juntos,
No.
No quiero engañarme.
Sé que tú no entraras.
Es muy temprano.
Es demasiado lejos
para nosotros,
juntos,
este mundo.
Café Brújula. Sábado muy temprano
Charlie
Desencantado como un niño al descubrir a los reyes magos tras las gafas de su padre.
Desencantado como un niño al descubrir a los reyes magos tras las gafas de su padre.
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